Tanto la enemistad entre el presidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) y el venezolano Hugo Chávez (1999-2013) como las fricciones entre sus sucesores –Juan Manuel Santos (2010-2018) y Nicolás Maduro (2013-2019)– atizaron el temor a una confrontación bélica entre ambos países; pero la sangre no llegó al río. Este año, vuelven a soplar vientos de guerra entre estas naciones. ¿Puro aspaviento?

Pronto se llevarán a cabo “los ejercicios militares más importantes en la historia de Venezuela”. Eso dijo el presidente de facto, Nicolás Maduro, tras acusar al Ejecutivo colombiano de pretender dividir a las Fuerzas Armadas locales, a la Casa Blanca de planear una invasión para derrocarlo y a ambos de apoyar a Juan Guaidó, quien empieza a ser reconocido internacionalmente como jefe de Estado interino.

Nicolás Maduro llegó a la presidencia de Venezuela por primera vez porque Hugo Chávez (1954-2013) lo ungió como su sucesor poco antes de morir y, por segunda, gracias a unas elecciones reñidas con lo establecido en la Constitución. Estados Unidos y otros catorce países del vecindario americano se rehusan a reconocerlo como legítimo jefe del Gobierno venezolano. Una semblanza.

El Ministerio de Exteriores de Alemania dijo estar asesorando al reportero Billy Six a través de sus emisarios en Venezuela. No obstante, la discreción con que el Ejecutivo de Angela Merkel ha tratado el arresto de su compatriota ha llamado la atención dentro y fuera del territorio germano. “Billy Six es un colega alemán. Su Gobierno no se pronuncia. ¿Qué pasa?”, tuiteó la comunicadora venezolana Ibéyise Pacheco.

La política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue uno de los temas más controvertidos de la campaña previa a las elecciones legislativas del pasado 6 de noviembre. ¿Cómo incidirá el gridlock –el nuevo equilibrio de fuerzas en el Congreso– sobre la misma? Desde la Cámara de Representantes, la inminente mayoría demócrata podría impedir la erección de un muro en la frontera sur del país.

Venezuela atraviesa una de las épocas más oscuras de su historia. Desde hace tres años, la mayoría de las personas que solicitan asilo en España son de nacionalidad venezolana. En 2016 se registraron 4.200 peticiones, en 2017 fueron 10.600 y en lo que va de año se han introducido más de 12.700, informa acnur. Los solicitantes de asilo colombianos están en segundo lugar (5.078), seguidos por los sirios (1.574).

El hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, anunció medidas para frenar la devaluación monetaria en Venezuela, sacar al país de la espiral hiperinflacionaria en la cual se encuentra y robustecer el poder adquisitivo de sus compatriotas. “Perplejidad” es la palabra que mejor describe la reacción de los ciudadanos de a pie, los economistas y los politólogos a las inminentes reformas.

En Venezuela no pasa un día sin que su crisis político-institucional se manifieste dramáticamente en todos los ámbitos de la vida de sus habitantes. ¿Cómo se explica el silencio de la prensa internacional en torno a esa nación cuando quienes emigran de su territorio ejercen una enorme presión socioeconómica sobre los vecinos y los que se quedan siguen expuestos a un régimen de visos tiránicos? 

Daniel Ortega está bajo mucha presión y aceptar que se celebren comicios presidenciales anticipados podría ser su última oportunidad para no acabar enjuiciado por crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, el mandatario nicaragüense no hace esfuerzo alguno para resolver la crisis en sus manos; él parece limitarse a desear que sus adversarios regresen amedrentados a sus casas.

Desde que declaró su independencia de España, en 1810, Venezuela ha atravesado numerosas crisis político-institucionales; pero la que hoy la sacude parece ser la peor de su historia por sus implicaciones económicas y, en consecuencia, sociales. Y el hecho de que tengan lugar elecciones presidenciales adelantadas en los próximos días despierta pocas esperanzas de cambio.

A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Colombia, se intensifica el temor a que fracase el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Juan Manuel Santos y las farc. De triunfar en las urnas, a los opositores de ese pacto les bastaría con desatenderlo en términos presupuestarios, políticos y legales para que éste muera de mengua. Su éxito depende de que Estado y sociedad lo impulsen juntos.

Una ciudad del llano venezolano acaba de acuñar su propia moneda en respuesta a la escasez de efectivo en ese país. Una barriada de Caracas hizo lo mismo poco antes. La comisión de finanzas del Parlamento nacional advierte que si estas iniciativas quedan impunes, su ejemplo puede dar pie a la emisión de otras monedas regionales sin respaldo oficial. Mientras tanto, el bolívar continúa desdibujándose.

No falta quien diga que el presidente saliente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió el Premio Nobel de la Paz demasiado temprano. Aún no se sabe si su acuerdo de paz con la guerrilla de las farc rendirá los frutos prometidos. Y la inconformidad con el pacto en cuestión, tal como fue sellado, fomenta la polarización y la violencia. Varios políticos han sido agredidos en el marco de la campaña electoral.

Por orden del hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, el Tribunal Supremo de Justicia le ordenó al Consejo Nacional Electoral prohibir que la mayor alianza de partidos opositores venezolanos participe con un candidato unitario en los próximos comicios. Las elecciones presidenciales han sido adelantadas ilegalmente por la Asamblea Nacional Constituyente confiando en el triunfo seguro del oficialismo.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela ganó la mayoría de las alcaldías en los comicios municipales de 2010. Expertos señalan que el boicot de estas elecciones no le trajo nada a la oposición: la contienda terminó con el triunfo del chavismo, independientemente de las críticas que se le hagan al sistema de votación o a la máxima autoridad electoral, que está alineada con el Ejecutivo.

Tras ascender a la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente promovida por Nicolás Maduro, la abogada Delcy Rodríguez adquiere un enorme grado de influencia sobre el aparato estatal venezolano. Lo que está por verse es cuántos Gobiernos y organismos multilaterales terminan reconociendo la legitimidad de la misma. Pero, ¿cómo llegó Rodríguez a la posición que hoy ocupa? Una semblanza.

¿Qué alcance tiene el pasaje de la Constitución venezolana que insta a la ciudadanía a desconocer a un régimen tiránico como el del chavista Nicolás Maduro? ¿Puede la Mesa de la Unidad Democrática (mud) –la mayor alianza de partidos opositores– ampararse bajo el artículo 350 para pasar de la defensa propia a la ofensiva? Y, de ser así, ¿en qué medida? Tres juristas analizan el caso.

Se oyen voces augurando el principio del fin del autoritarismo chavista en Venezuela. Pero, ¿y si éste fuera más bien el preludio de una dictadura declarada en un Estado abiertamente fallido? Deutsche Welle habló al respecto con Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos (ssi) del Army War College de Estados Unidos, especializado en la investigación del acontecer latinoamericano.

Ni la oea, ni la celac, ni la unasur, ni el mercosur tienen los recursos para persuadir al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de respetar la institucionalidad democrática en su país. Analistas sostienen que está en manos de los Gobiernos americanos lograrlo por la vía de la diplomacia bilateral. Pero, ¿por las buenas o por las malas? De ser por las malas, sólo Estados Unidos parece dar la talla.

Hasta los Gobiernos más comedidos del continente americano podrían terminar llamando a consultas a sus embajadores en Venezuela, cerrando sus consulados en Caracas y desconociendo la legitimidad del régimen de Maduro. Pero, de hacerlo, aislarían aún más al país y contribuirían a la perpetuación de un sistema totalitario que, de hecho, ve en el ostracismo autoimpuesto una estrategia de supervivencia.

Desde 2001, cuando las diferencias irreconciliables entre el presidente Hugo Chávez y sus opositores dieron pie a las primeras manifestaciones en contra y a favor de la “Revolución Bolivariana”, los venezolanos han estado sometidos a una dieta diaria de violencia política. ¿Qué tan resilientes son frente a ese estado permanente de sobresalto? ¿Cuál ha sido su evolución anímica en lo que va de siglo?

La atención que atrajo Venezuela en 2016 menguó tan pronto se supo que Gobierno y oposición se sentarían a negociar; como si ese diálogo realmente hubiera augurado el fin de la crisis nacional. Sintiéndose olvidados por el resto del mundo, muchos venezolanos abandonan su país mientras la vecindad latinoamericana frunce el ceño. ¿Será ese éxodo lo que vuelva a acaparar los titulares de la prensa regional?

Edylberto Molina, un general de las Fuerzas Armadas venezolanas acusado por una corte federal de Nueva York de recibir pagos para facilitar el envío de cocaína hacia Estados Unidos, es agregado militar de la embajada de Venezuela en Berlín. Dada la gravedad de la imputación, cabe preguntarse si las autoridades alemanas pueden arrestarlo y extraditarlo a petición de las estadounidenses.

¿Qué sienten los expatriados cuando visitan o retornan a sus países de origen? ¿Cómo han cambiado sus vidas mientras han estado en Alemania? Varias personas respondieron a estas y otras preguntas al ser entrevistados para el proyecto multimedia Expedition Heimat de dw. Producido por Evan Romero, el audioretrato de Jorge Sánchez Meza –alias dj Sternsánchez– está incluido en esa serie.